viernes, 21 de junio de 2013

La dinastía sigue su curso

 Tenemos campeón de la NBA, y tenemos dinastía. Los Heat han conseguido su segundo anillo consecutivo en un séptimo partido que, como toda la serie, pasará a la historia de la NBA. Hemos visto una final de una calidad exquisita, con dos equipos completamente diferentes mostrando sus estilos en el campo. Con un señor llamado Tim Duncan demostrando por qué es el mejor ala-pívot de la historia, a pesar de sus 37 años. Con un LeBron James superando poco a poco las dificultades que la serie imponía poco a poco. Y, por supuesto, con siete partidos completamente distintos que nos han permitido vivir una final de escándalo, muy alejado de lo que se esperaba en un principio.

Anoche LeBron sabía lo que se jugaba, y no se andó con chiquilladas. En los anteriores encuentros le había costado demasiado entrar en calor y comenzar a anotar puntos, pero esta vez no fue el caso. Desde el minuto 1, James aportó en ambos lados de la cancha, manteniendo a su equipo por delante en el marcador durante la mayor parte del encuentro. La sensación que daba en todo momento era que Miami podría escaparse cuando quisiera en el marcador. Pero San Antonio es un equipo durísimo, con cuatro anillos a sus espaldas para un tal Duncan y con un chaval, llamado Kawhi Leonard que, a sus 21 años, se está haciendo un hueco entre las estrellas de la NBA. Anoche el chaval fue el estilete principal de San Antonio con 19 puntos y 16 rebotes, un auténtico partidazo para alguien que juega sus primeras finales. Es un chico especial, igual que lo ha sido toda la vida LeBron.

Hablando de James, la bestia logró lo que no había conseguido en ningún otro partido de la serie: anotar de 3. Hasta 5 triples anotó James en el encuentro, flotado constantemente por un Leonard que se equivocó mucho en la defensa del rey, permitiendo a James terminar con 37 puntos, aunque estuvo intratable durante los 48 minutos. La sorpresa de la noche la protagonizó un tal Shane Battier. El jugador más sucio de la NBA se había planteado incluso la retirada después de la serie de Indiana y gran parte de esta última, en la que hubo partidos que no jugó ni un solo minuto. Anoche le salió cara en la moneda al exjugador de Memphis y cosechó 18 puntos con 6/8 en lanzamientos de tres, siendo uno de los 5 jugadores de los Heat que consiguieron anotar (curioso dato).


Llegados al último cuarto, mejor dicho, llegados a los últimos segundos del encuentro, nos encontramos con Miami 2 puntos arriba y posesión para San Antonio. La defensa de los Spurs había permitido una jugada bastante clara, con Duncan defendido por Battier. Solo necesitaba el gancho de toda la vida, algo que había practicado durante su longeva etapa en la NBA. La cogió Duncan, dispuesto a hacer su trabajo, se zafó con facilidad de Battier y soltó el gancho, con un resultado completamente diferente al que todo el mundo esperaba. Duncan falló el gancho, falló el palmeo y la pelota fue para Miami. Cuando los Heat pisaron la mitad de la pista de San Antonio, Tim golpeó el suelo con fuerza, sabedor de que el partido estaba perdido, y que una oportunidad así no se podía dejar escapar jamás. Le tembló la mano a Duncan, demostrando un poco de humanidad, toda la que no había demostrado durante la serie. A partir de ese momento, San Antonio fue un juguete en manos de Miami. El físico había dicho basta, los texanos habían inclinado la rodilla. “Pronto la liga será tuya” le dijo Duncan a LeBron cuando se llevó su último anillo en 2007. Ahora la liga es suya, y Tim es un espectador más ante el show del rey, que parece no tener fin (88-95).

lunes, 17 de junio de 2013

Don Manuel "Manudona" Ginobili

En primer lugar, pido disculpas por no haber subido crónica del anterior encuentro, el que igualó la serie a 2 debido a problemas de estudios. Anoche los Spurs volvieron a comportarse como un pedazo de equipo con todas las letras. La clave del encuentro fue, como casi siempre, tener al mejor entrenador del mundo. Popovich volvió a dar una lección de cómo entrenar y mover piezas a medida que pasa una serie. Ginobili venía haciendo unos playoffs desastrosos, llegando a plantearse incluso la retirada la próxima temporada. Ante este bajón del jugador argentino, al entrenador no se le ocurrió otra cosa que meter a Manu en el quinteto titular, sabedor de que, ante las críticas, “Manudona” responde como ningún jugador de la NBA.

Y así fue: el argentino participó en los primeros 10 puntos del equipo, con un triple, una canasta y dos tiros libres, más una asistencia a Duncan para un mate espectacular. La batalla estaba vencida, Ginobili era el de siempre. El transcurso del partido, a partir de este momento, fue un calco del tercer partido de la serie, con unos Spurs por delante en el marcador y unos Heat sufriendo sin parar la gran defensa y, sobretodo, el enorme ataque de San Antonio. Cuando no era Ginobili, aparecía Duncan con una lección de juego bajo la pintura espectacular (17 puntos y 12 rebotes para el “jovenzuelo”). Cuando no aparecía Duncan, era el turno de Parker (26 puntos y 5 asistencias) o de Danny Green, que ya ha superado a Ray Allen como el jugador con más triples convertidos en una final (anoche consiguió un 6/10 para 24 puntos). Pero, por supuesto, el jefe del equipo de San Antonio fue Manu, que consiguió 24 puntos y 10 asistencias, muchos de estos puntos en los momentos calientes del encuentro.

La clave del encuentro estuvo, una vez más, en el tercer cuarto. Los Spurs habían cosechado una importante ventaja durante la primera mitad que, en cuestión de décimas de segundo, los Heat remontaron al comenzar la segunda. Llegaron a ponerse a un punto los de Florida, pero, cómo no, tuvo que aparecer Danny Green con dos triples seguidos, acompañados de un canastón de Manudo que encendía a la grada. La ventaja volvía a ser cómoda para San Antonio. Un nuevo arreón de los Heat comandado por LeBron (25 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias), parecía acercar de nuevo a su equipo hacia un final igualado de marcador, pero fue remar para morir en la orilla. A partir de ese momento, Popovich decidió que era momento de dar entrada de nuevo al héroe del partido: apareció Ginobili de nuevo para colocar un espectacular parcial de 19-2 en el marcador para San Antonio. El partido estaba liquidado, ya solo quedaba ver la exhibición de triples de Ray Allen. La serie vuelve para Miami con dos match-balls para los pupilos de Spoelstra, que van a tener que soportar la presión de un equipo que tiene más hambre que nunca (104-114). 

miércoles, 12 de junio de 2013

Sangre por sangre

San Antonio decidió devolverle anoche a Miami el mazazo que habían recibido previamente. Pudimos ver una auténtica lluvia de triples por parte de unos Spurs completamente desatados, que lograron el récord de lanzamientos de tres convertidos en un partido de la final de la NBA (16 triples). Los principales artífices de este auténtico chaparrón fueron dos jugadores que se ha sacado Popovich de la manga: Por un lado, Danny Green, jugador que había sido cortado por equipos como Cleveland (cuando estaba LeBron por allí), anotó 7 triples en 9 intentos, a un solo triple del récor de Ray Allen; por otro lado, Gary Neal, jugador conocido por todos los seguidores españoles por su paso en equipos como el Barcelona y el Unicaja, anotó 6 triples en 10 intentos, para terminar con una actuación conjunta de 51 puntos y 13 triples.

Eso fue lo que ocurrió anoche. Miami fue incapaz de ponerse por delante en ningún momento del partido (aunque sí hubo dos empates), y LeBron fue una especie de juguete roto en manos de Kawhi Leonard, que a partir de ahora va a ser considerado un defensor de élite. El joven jugador dejó a James en 15 puntos y un 7/21 en tiros de campo, algo que no le pasaba desde hace mucho tiempo. James lleva 3 encuentros seguidos sin superar los 20 puntos, algo que no ocurría desde, precisamente, aquella final que disputó con los Cavaliers frente a estos Spurs. San Antonio no necesitó un buen partido de Parker y Ginobili, si no que ambos se quedaron en 13 puntos y 12 tiros.

El partido se rompió definitivamente entre el tercer y el comienzo del último cuarto. Después de haber logrado en el tercero una ventaja expeditiva, Miami remontó un poco gracias a 7 puntos seguidos de LeBron, pero un tiempo muerto de Popovich a falta de 30 segundos para el final del cuarto (¿qué les dirá?) se tradujo en dos triples seguidos. Por si fuera poco, al comienzo del último periodo, el aluvión de triples que cayó sobre Texas fue brutal. No hubo ni una oportunidad para Miami, que terminaron por sacar a los jugadores de reserva, ya que incluso sin Ginobili, Parker y Duncan en pista, los Spurs se estaban pegando una auténtica merienda.


Quedan dos partidos seguidos en el Álamo, y la sensación que ha quedado con este partido es que Miami no lo va a pasar muy bien si quiere ganar su segundo campeonato seguido (77-113)

lunes, 10 de junio de 2013

Una vez más, el banquillo

Los Heat ponen el empate a 1 en la eliminatoria gracias, una vez más, a los secundarios. Cuántas noches habrán salvado Chalmers y compañía a los pesos pesados del vestuario… con un partido horrible de LeBron, superado completamente por la defensa de San Antonio, tuvo que ser Mario Chalmers el desatascador del encuentro. Cuando peor estaban las cosas para los Heat, con los Spurs aguantando sin problemas los embites de Miami, apareció Chalmers con dos 2+1 consecutivos (terminó con 19 puntos), acompañados de un triplazo de Miller (3/3 en triples anoche) que rompió completamente el partido. Los Spurs no tuvieron respuesta posible ante ese destello de magia que tantas veces ha permitido a los Heat destrozar a sus rivales.

En unos minutos, la diferencia pasó de -2 a +15, sin ningún tipo de problema. El banquillo de Miami estuvo esta vez muy acertado con 45 puntos, demostrando por qué los Heat tienen el mejor equipo de la liga. Aportaron todos los jugadores que pisaron el parqué, algo que se traduce en victoria cada vez que le ocurre a los de Florida. San Antonio, por otro lado, sufrió en sus carnes el horrible partido de Parker, con 5/14 en tiros de campo y 5 pérdidas, sumado al 3/13 de Duncan, al que se le notó completamente agotado. La defensa de Miami fue una auténtica apisonadora para los Spurs, que cometieron hasta 16 pérdidas, 12 más que en el primer partido. El único que se pudo salvar de la quema fue Danny Green, un robot que no entiende de defensas. El alero inventado por Popovich terminó con un 6/6 en tiros de campo, incluídos 5/5 en triples, pero esto no sirvió de nada para evitar la derrota.

Ahora vienen tres partidos consecutivos en el Álamo, donde los Spurs esperan sentenciar completamente la eliminatoria, ya que la vuelta a Miami podría significar la pérdida del anillo. En casa, los texanos no van a dar tantas concesiones, y dos partidos seguidos malos de Parker y Duncan es algo que no se contempla en este mundo (84-103)

viernes, 7 de junio de 2013

El base más infravalorado de la NBA

Pues comienza la final con una declaración de intenciones clara por parte de San Antonio: “esto no va a ser ningún paseo”, parece que dicen las miradas de los jugadores de los Spurs a cada minuto del encuentro. San Antonio demostró por qué ha llegado hasta la final con la facilidad insultante con la que lo ha hecho, mientras que Miami sufrió auténticos atascos ofensivos en la segunda parte, echando a perder todo el trabajo realizado en la primera.

En la primera mitad, incluso en el tercer cuarto, unos Heat inspirados conseguían mantener a raya a los Spurs con diferencias de entre 4 y 6 puntos, incluso 8 en ocasiones. La otra lectura provenía de San Antonio (o San Francisco, según Sergio Ramos), que aguantaban en el marcador sin la necesidad de tener el acierto de un Duncan que empezó el partido con un 0/6 en tiros de campo (a medida que pasaba el encuentro los números de Tim fueron creciendo hasta los 20 puntos y 14 rebotes finales). Los Spurs estuvieron sobreviviendo durante los dos primeros cuartos gracias al trabajo de Parker (una auténtica pesadilla para los jugadores de Florida) y los tres triples tempraneros de Danny Green. Por supuesto, esto no había hecho más que empezar.

Con la llegada del último cuarto, los Heat comenzaron a crear serias dudas en su juego, dudas que, ante un equipo como San Antonio, se pagan con puntos en la eliminatoria. Un gran arranque de los Spurs en el último cuarto, unido a varias pérdidas de Miami, propiciaron la remontada de los texanos, que se pusieron un punto arriba a falta de 7 minutos para el final. Desde ese momento, los intercambios en el marcador fueron una constante, hasta que llegó el turno de Tony Parker. El francés se había diluido en el tercer cuarto, preparándose para lo que estaba por llegar: con un espectacular reverso ponía a su equipo cuatro puntos arriba y, a falta de 3 minutos, una canasta genial en la cara de Chalmers subía la ventaja hasta los 6 puntos. Por supuesto, los Heat no se iban a rendir y, con una bandeja made-in LeBron (que terminó con un triple-doble de 18 puntos, 18 rebotes y 10 asistencias, siendo el segundo jugador con más triples-dobles en la historia de la NBA, solo superado por Magic), sumado a tres tiros libres de Allen, la ventaja volvía a ser de 2 puntos para los Spurs.

Pero todavía tenía que decir Parker su última palabra. A falta de 5 segundos para el final, después de una jugada trabada, y con la posesión prácticamente a cero, Parker se sacó de la manga un tiro contra tabla que dejaba el pabellón de Miami completamente en silencio. El base francés conseguía su punto número 21. Una vez más, los Heat vuelven a perder uno de sus dos encuentros en casa. Está claro que San Antonio no ha llegado a esta serie para hacer tonterías, habrá que ver si Miami es capaz de ganar los cuatro siguientes seguidos, como hizo contra Oklahoma. Se antoja bastante complicado (92-88)

martes, 4 de junio de 2013

Impresionante alley-oop de LeBron

El encuentro de ayer nos dejo, entre las jugadas más espectaculares, un alley-oop de James en el que pone la cabeza por encima del aro.


La vida es sueño, y los sueños, sueños son...

 Pues se acabó la serie. Lo primero de todo es dar un auténtico aplauso a dos conjuntos que nos han brindado una de las mejores series de los últimos años, con encuentros igualadísimos, auténticos combates de gladiadores, esfuerzo y calidad, sobretodo mucha calidad. El partido de anoche no define lo que ha sido la eliminatoria, y no será recordado como la noche en la que Miami volvió a la normalidad y pasó por encima de unos Pacers muy nerviosos. Será recordada como la eliminatoria en la que un conjunto con una defensa espectacular y un quinteto titular formado por George Hill, Lance Stephenson, Paul George, David West y Roy Hibbert llevó hasta el séptimo encuentro a uno de los mejores equipos de la historia. Chapeau por Indiana, que le ha dado una auténtica lección de humildad al mejor equipo sobre la faz de la tierra (que lo sean no significa que tengan que creérselo de esa forma).

La serie ha servido para hacer ver a Miami que el anillo de este año no va a ser ningún camino de rosas. Anoche arrollaron a los Pacers con una defensa que no habían practicado en ningún momento de la serie, tan asfixiante que provocó en Indiana la pérdida de hasta 21 balones, 9 de ellos solo en el primer cuarto. Fue imposible para Indiana parar el huracán de Miami, que consiguió meter en el partido la importantísima aportación del señor Ray Allen. Todo el mundo sabía que, pese a estar desaparecido toda la serie, Allen no iba a fallar en un séptimo partido de la final de conferencia, y así fue. Coincidiendo con el momento fatídico de encuentro, a mediados del segundo cuarto, en el que Frank Vogel decidió sentar a los titulares para meter un quinteto formado por Mahinmi, Augustin y Young, Allen afinó el punto de mira con 10 puntos seguidos que destrozaron al equipo de Indiana, sobrepasado por las circunstancias.

A partir de ese momento terminó el partido. Paul George se mostró completamente incapaz de aportar para su equipo y se marchó eliminado por faltas, mientras que Hibbert no pudo recibir balones de ninguna forma para ayudar a su equipo, pese a que sus porcentajes fueron verdaderamente buenos. LeBron James se erigió una vez más en el líder de su equipo con 32 puntos y 8 rebotes, mientras que Wade jugó un partido decente y consiguió 21 puntos, aunque con malos porcentajes. Como bien mencionaban por Twitter algunos periodistas de la NBA, “Miami defiende cuando tiene que defender, simplemente”.


Hay que dar la enhorabuena a Miami porque han luchado como los campeones que son por ganarse un huevo en la final de la NBA. A Indiana hay que desearle la mejor de las recuperaciones porque son un equipo que, a nada que encuentren un sexto hombre anotador (véase Granger), pueden ser unos candidatos muy firmes para el anillo de la temporada que viene. Y, quién sabe, tal vez las declaraciones de Hibbert, diciendo que “Paul George le disputará el MVP el año que viene a LeBron”, tomen sentido en la 2013-2014. Después de este último partido, lo único que se puede sacar en claro es que George está muy verde para partidos de este calibre (76-99).